El jardín de la creación
El compromiso con la tierra, quien la trabaja, y el control constante de la calidad siempre han sido los fundamentos de la búsqueda de la excelencia en Taittinger, además de una garantía de continuidad del estilo único de la Casa. La pasión de la viña y de su cultura minuciosa es primordial para hacer grandes champagnes. «Para tener oro en nuestras botellas, primero hay que tenerlo en las manos», le gusta decir a Vincent Collard, director del viñedo Taittinger. No hay nada posible sin el saber hacer, la paciencia y la determinación de los hombres tanto en el trabajo de la vida como en la elaboración sutil de los ensamblajes...
Viñedo
Singularidad plural
A fuerza de recorrer las 288 hectáreas del viñedo y observar la evolución a lo largo de las estaciones, los hombres y mujeres de Taittinger aprendieron a estar atentos a la viña y a dedicarle los mejores cuidados. Aunque Taittinger tenga el tercer viñedo más grande de Champaña, todos están orgullosos de seguir siendo viticultores, un trabajo artesanal con el estilo único de la Casa. Un estilo que se consigue gracias a la calidad y a la buena complementariedad de sus Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier.
El mapa de los tesoros
El dominio Taittinger cubre 288 hectáreas, y se extiende entre la Côte des Blancs, el Valle del Marne y la Montaña de Reims. Este viñedo tiene un 37 % de Chardonnay, un 48 % de Pinot Noir y un 15 % de Pinot Meunier plantado y repartido en 37 viñedos diferentes valorados entre los mejores de la denominación de origen «Champagne». A estos tesoros se les proporciona el máximo cuidado, con una cultura respetando la tradición y las exigencias del desarrollo sostenible, desde la vendimia hasta el segundo prensado o en el trayecto entre el lugar de recogida y el lugar de prensado. Con un único objetivo: obtener una materia prima perfecta para la elaboración de grandes champagnes y demostrar que la excelencia no es un mito, sino una realidad.